"Finalmente abandonó el periódico, absolutamente convencido de que la realidad estaba sobrevalorada". |
El
camarero lo miró raro por pedir un perrito caliente para desayunar, pero aun
así cumplió su cometido diligentemente. “No me queda mostaza dulce”, dijo el
camarero. El cliente levantó la cabeza con cara de pocos amigos. “Pues traémela
amarga. Hoy no es un día para comer mostaza dulce”. Volvió a bajar la cabeza hacia la barra,
donde le esperaba el periódico de ayer, el último periódico que se editó en
papel. Toda una rareza. “Una rareza agradable”, pensó. No solo porque el papel
es más agradable a la vista que una pantalla, también es su tacto, la forma de
pasar las páginas o de extenderlo sobre la barra de aluminio de la cantina… “El
papel ofrece una mejor experiencia de usuario, sin duda”. El choque del plato
contra la barra interrumpió estos pensamientos. Perrito, periódico. Y la vista
saltando del uno al otro. Finalmente abandonó el periódico, absolutamente
convencido de que la realidad estaba sobrevalorada. Dio vueltas al plato del
perrito caliente mientras recordaba su vida pasada. “¿Debería haberla llamado
otra vez?”, pensó por enésima vez. Se encogió de hombros. Lo suyo era más escribir una obra maestra y
suicidarse sintiéndose un escritor fracasado que el monólogo interior. Pero claro, nunca había estado en
Nueva Orleans. Ni siquiera en Orleans. Ni iba a estar. A quién le importaba
ahora el futuro; mejor el pasado. Estuvo tentado de mojar el perrito en
Coca-cola, pero para entonces se dio cuenta de que estaba masticando el último
pedazo. “Oye”, le dijo al camarero. “¿Tienes magdalenas?” “No.” “¡Pues vaya
mierda!”. Convencido de que sin una magdalena no podría evocar su infancia, se
levantó de la barra y atravesó el pulcro pasillo metálico hasta el salón de
pasajeros. Se acercó al inmenso ventanal y contempló los restos de su mundo perfecto
hecho pedazos. “Ojalá fuera una metáfora”, pensó mirando a través de los cristales
de la nave espacial.
Al César lo que es del César... Idea original inspirada por Corina Morera. Ya sabías que tarde o temprano acabaría plagi... homenjeándolo. :)
ResponderEliminarhttps://www.facebook.com/photo.php?fbid=315228668579828&set=a.235260709909958.33658.233814526721243&type=1&theater
¡Ja, ja, ja, ja! Gracias, Gracias por el... ejem... homenaje, querido amigo ¬_¬ Hay días para mostaza dulce... y hay días que no... xD ¡Mola el 'collage' de palabras!
ResponderEliminarla que más me mola, y por lo cual mi respeto crecía y crecía, y le decía a mis amigos... tengo un colega que no veas tu... y tal y cual. Resulta que es un homenaje. Bueno la histori crecerá a : buah.. tengo un colega, que tiene otra colega, a la que un día homen.... Gracias por conoceros y hacer cosas tan lindas entre los dos.
ResponderEliminarLa idea del final es suya. La historia en sí es mía. Sin duda, dos neuronas funcionan mejor que una. ¡Y lo importante es que le digas algo a tus amigos! Ya sabes lo que decía Oscar Wilde: "no importa que hablen bien o mal, lo que importa es que hablen de ti".
ResponderEliminarsegún ciertas escuelas atenienses, y en concordancia además con la opinión del loro del bar de abajo de casa, las obras, para que se llamen obras, han de comenzarse a escribir por el final, y luego ir retrocediendo hasta llegar al principio. Pero claro, si el principio es el final... hay cosas que... habrá que consultar los escritos vedas.
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