domingo, 23 de junio de 2013

¿Cansado de políticos inútiles y corruptos? ¿De que el país se vaya al garete y te intenten tomar el pelo con eufemismos y circunloquios incompresibles?¿Harto de oír llamar movilidad exterior a la emigración y reajuste alimenticio al hambre? ¿Ya no sabes qué partido es peor? Pues por qué elegir el mal menor :

¿Por qué elegir el mal menor?
¡Vota a Cthulhu! Al menos él admite que es malvado. ¿Has perdido el trabajo, los derechos, la sanidad y la educación? ¡Pierde también la cordura! ¡Vota al Partido Cthulhuiano! Cthuhlu sí que sabe cómo hundir un país, tiene millones de años de experiencia en la ciudad sumergida de R'lyeh. Y si te afilias ahora al Partido Cthulhiano, te regalamos una túnica de sectario.
Gathulhu, nuestra
entrañable mascota

Y por si nuestros maravillosos argumentos aún no te hubiesen convencido, lo primero que hará el Cthulhu cuando llegue al Congreso será comerse a todos los políticos. ¿Quién da más? El primer presidente del tamaño de un rascacielos y con tentáculos. Esclavizará a la humanidad y vivirá de nosotros, pero sin todo esa mierda del marketing, los mítines y pedirte el voto por la calle. ¿A qué esperas? Grita con nosotros:

¡Cthulhu for president!


Este es su programa de gobierno y él sí lo cumplirá

martes, 11 de junio de 2013

Quien susurra a los susurrantes.

-Ser o no ser: he ahí la cuestión.
-Ser.
Hamlet miró sorprendido y fue. Y se fue.
El hombre que estaba sobre el escenario miró mosqueado al autor, escondido una vez más detrás de él, y
dijo:
-¿Quieres dejar de vacilar a los personajes? Aunque les infundas falsas ideas siempre vuelven, perdidos, vacilantes, sin saber qué hacer ni decir. ¡No doy a basto!
El hombre sonrió levemente. Se miraron fijamente.
Laurence Olivier como Hamlet
-Quizás tú creas que tu ideas son tuyas. Pero, quizá, alguien, escondido, te las susurre al oído. -Respondió el autor.
-¿Y a ti? ¿Quién susurra tus pensamientos? ¿Crees que eres él autor? ¿Que te diste forma a ti mismo? Tal vez solo seas la proyección de los pensamientos de tus personajes. O ni eso. Una fantasía, una ilusión. ¿Y si estoy loco y no eres más que una alucinación...?
-¡Cómo te atreves! ¿Quién eres tú para osar decir eso?- exigió el autor.
-¿Yo? Yo soy el que susurra las palabras al oído, aquel a quien todos miran cuando no saben que decir, la última esperanza antes del fracaso, soy la respuesta a las miradas de súplica... Yo soy el Apuntador.
-¿El apuntador? Sólo eres un instrumento de mi obra
El apuntador miró a Hamlet, que volvía perdido y vacilante. Se sentó sobre el escenario, bajo el foco, dispuesto a ensayar su papel. El apuntador susurró desde su rincón. Hamlet declamó:
-Ser o no ser. Ya no hay cuestión.
Y Hamlet abandonó el escenario una vez más.
-¡Maldito! Qué has hecho con mi obra! No tienes derecho. Tú no eres nada, nadie.- Rojo de cólera, el autor se fue aproximando al apuntador mientras gritaba. Alzó los brazos y extendió las manos hacia el cuello de su nuevo némesis. Mientras Hamlet, con la mirada extraviada, volvía a aparecer en escena, el apuntador susurró algo. El príncipe danés desenvainó y de una certera y rápida estocada atavesó al autor.
-Muere, Claudio! -Exclamó Hamlet. El autor se desplomó, incrédulo, moviendo la boca como si pudiese reescribir lo que estaba pasando. Entraron todos los actores en escena. Perdidos, cabizbajos unos, mirando desorientados hacia todas partes otros, se pararon todos frente al apuntador.
-Miradme todos- dijo- miradme porque yo soy ahora vuestra palabra y vuestro gesto. Obedecedme, pues soy El Apuntador.

viernes, 7 de junio de 2013

Reflexiones sobre la rodilla

 Las reflexiones sobre la rodilla son peligrosas. Si bien es sabido que la rodilla debe y de hecho se flexiona, re-flexionarla puede conducir a lesiones. De la misma manera, las reflexiones sobre la vida nos hacen correr el riesgo de retorcer la realidad más aún de lo que ya lo está (sí, la introducción de la rodilla está metida con calzador, vale. ¿Puedes hacerlo mejor? ¿Sí? Pues entonces quédate ahí criticándome, que ya tengo demasiados pocos lectores como para que me hagas la competencia. Gracias).
"El espacio-tiempo es como una tela tensa que se curva bajo
el peso de un objeto". Y mis descripciones son como un ñordo
pinchado en un palo. Voy a por café a ver si atino...

 La rodilla no es más que una metáfora. Lo realmente importante es saber qué coño es una metáfora. De forma general, la metáfora se puede definir como una excusa que ponemos para tratar de convencer a nosotros mismos o a los demás de que sabemos algo que realmente no entendemos y que  por eso no podemos explicar directamente. "El espacio-tiempo es como una tela tensa que se curva bajo el peso de un objeto". ¡Mentira cochina! (aparte de por el hecho de mi que explicación ha sido horrible). El espacio-tiempo es una cosa rara con unos procesos que nadie entiende completamente. El efecto de la gravedad sería semejante al que se produciría al colocar una bola pesada sobre una tela tensa. La curvatura de la tela atraería una bolita pequeña hacia la bola grande, de igual modo que la gravedad de la Tierra atrae a la luna, por ejemplo. Cuando usamos las metáforas en el lenguaje cotidiano, tendemos a buscar algo que produzca unos resultados semejante a aquello que estamos "metaforeando", pero los procesos no suelen tener nada que ver. Es como copiar en un examen, obtienes el resultado (aprobado), pero no tienes ni idea de la materia. ¿Alguien querría que le atendiese un médico que aprobó copiando?
 Estoy radicalmente en contra de las metáforas. Mira la mierda con la que empecé esto. ¡La rodilla es una metáfora de la vida! ¡Venga ya! ¡Eso es una gilipollez! Por mucho que tire de retórica hablando de flexiones, reflexiones y darle vueltas a  las cosas, ¿qué tienen que ver los tendones con comerse el coco? Pues lo que la velocidad y el tocino. Definitivamente, amigo/a, no uses metáforas, son espejismos en el desierto del alma que conducen a caminos sin destino. ¡Qué bonita me ha quedado la metáfora!